¡Educad al Votante!
“Tengo 19 años, nací y crecí en Formosa, cuando me reciba me voy a otra provincia”; “Voto por primera vez, no me interesa la política y voy a votar a los que están ahora porque me da igual”
Tan solo dos de los cientos de argumentos parecidos que podemos encontrar en el joven formoseño a la hora de preguntar sus intenciones políticas y las relacionadas a su futuro. ¿Por qué sucede esto?
Formosa, al igual que sus habitantes es una provincia demasiado joven políticamente, con expectativas de crecimiento como el resto de la población argentina inmersa en una nueva elección sobrecargada de promesas y aterradores pronósticos para el futuro cercano.
En esta nueva votación son miles de jóvenes aquí en nuestra ciudad, los que debutan cívicamente este próximo 28 de octubre, muchos de ellos descreídos del modelo imperante o simplemente resignados al “me da igual”, lo interesante de ello tal vez se deba a la falta de educación cívica (como la llamaban en la vieja secundaria, hoy reformulada hipócritamente) una educación cívica real, que abarque lo complejo del campo social y no proposiciones erradas como las que escuchara alguna vez de una funcionaria del ministerio de educación, la cual aseguraba que “en Formosa no hay desnutridos ni analfabetos”, hoy me hace recordar al presidente de Irán causando risas en la Universidad de Columbia cuando afirma que en su país no hay homosexuales, es decir, en ningún caso se aceptan las realidades sociales y suena ridículo si pensamos en todos los comedores escolares y la deserción educacional en los suburbios de la capital, ni hablar del interior.
Difícilmente el nuevo hombre formoseño pueda comprender las estrategias de la política económica antinflacionaria cuando su madre lo envía a comprar tomates a 6 dólares el kilo, tampoco creo que el nuevo proyecto de provincia contemple educar al votante en favor de la democracia pluralista sabiendo que toda obra esta etiquetada con el nombre de una sola persona, parecido a un régimen absolutista en su propaganda gubernamental.
Formosa está en crisis, la educación tiene falencias de raíz, las instituciones educativas perdieron su rol en la sociedad y fundamentalmente su credibilidad, a partir de los hechos ocurridos en la UNaF, los cuales marcaron un fuerte antes y después en la calidad educacional que se pretende mostrar hacia el país, sino, traten de obtener un puesto laboral con un título expedido desde Formosa, prácticamente los postulantes son descartados de llano casi con lástima o en el mejor de los casos con chistes, simplemente por pertenecer aquí.
Siendo esta institución pionera en proyectos internacionales como los relacionados al Biodiesel, la universidad local está atravesando el mismo efecto de la Argentina convulsionada del 66` y la posterior fuga de cerebros que no se ha detenido hasta hoy; por cuestiones más bien económicas su matrícula se mantiene no así su imagen entre el alumnado, que si pudiera optar, no cursaría allí.
Finalmente lo que termina desestabilizando la convivencia pedagógica es la política universitaria, reservada para pocos, perpetuable y clientelista; representantes como son, nunca se pronunciaron en contra de los responsables de lo ocurrido con los títulos truchos, por ejemplo, pero si estuvieron para pelearse entre ellos en alguna elección perdida, sin embargo, sucede lo mismo en lo macro, cuando ningún candidato a nivel local se interesa realmente en las perspectivas para el joven votante, por ello surgen opiniones típicas como el “me da lo mismo”; “voto a cualquiera”; “voto en blanco”; o lo peor de todo, “no voto”. (Tomando al campuz como laboratorio político que resultados podemos esperar?)
.
En las campañas de esta contienda política ya ni siquiera se venden facciones partidarias, más bien solo caras y nombres algunos conocidos hasta el hartazgo, pero ahora en versión Júnior, y aunque subestimen la capacidad de discernir entre ideologías, los jóvenes necesitamos saber que los candidatos tienen propuestas relacionadas a los campos que nos interesan a largo plazo, entendiendo como la presencia de la política en las instituciones juega un papel determinante junto al ejemplo mismo del estado y sus representantes, lo cuales deberían alentar actitudes pro activas y no el masivo desinterés de los jóvenes formoseños, tal cual ocurre en la actualidad.
Alexander Bobadilla
alexanderbobadilla@hotmail.com
Tan solo dos de los cientos de argumentos parecidos que podemos encontrar en el joven formoseño a la hora de preguntar sus intenciones políticas y las relacionadas a su futuro. ¿Por qué sucede esto?
Formosa, al igual que sus habitantes es una provincia demasiado joven políticamente, con expectativas de crecimiento como el resto de la población argentina inmersa en una nueva elección sobrecargada de promesas y aterradores pronósticos para el futuro cercano.
En esta nueva votación son miles de jóvenes aquí en nuestra ciudad, los que debutan cívicamente este próximo 28 de octubre, muchos de ellos descreídos del modelo imperante o simplemente resignados al “me da igual”, lo interesante de ello tal vez se deba a la falta de educación cívica (como la llamaban en la vieja secundaria, hoy reformulada hipócritamente) una educación cívica real, que abarque lo complejo del campo social y no proposiciones erradas como las que escuchara alguna vez de una funcionaria del ministerio de educación, la cual aseguraba que “en Formosa no hay desnutridos ni analfabetos”, hoy me hace recordar al presidente de Irán causando risas en la Universidad de Columbia cuando afirma que en su país no hay homosexuales, es decir, en ningún caso se aceptan las realidades sociales y suena ridículo si pensamos en todos los comedores escolares y la deserción educacional en los suburbios de la capital, ni hablar del interior.
Difícilmente el nuevo hombre formoseño pueda comprender las estrategias de la política económica antinflacionaria cuando su madre lo envía a comprar tomates a 6 dólares el kilo, tampoco creo que el nuevo proyecto de provincia contemple educar al votante en favor de la democracia pluralista sabiendo que toda obra esta etiquetada con el nombre de una sola persona, parecido a un régimen absolutista en su propaganda gubernamental.
Formosa está en crisis, la educación tiene falencias de raíz, las instituciones educativas perdieron su rol en la sociedad y fundamentalmente su credibilidad, a partir de los hechos ocurridos en la UNaF, los cuales marcaron un fuerte antes y después en la calidad educacional que se pretende mostrar hacia el país, sino, traten de obtener un puesto laboral con un título expedido desde Formosa, prácticamente los postulantes son descartados de llano casi con lástima o en el mejor de los casos con chistes, simplemente por pertenecer aquí.
Siendo esta institución pionera en proyectos internacionales como los relacionados al Biodiesel, la universidad local está atravesando el mismo efecto de la Argentina convulsionada del 66` y la posterior fuga de cerebros que no se ha detenido hasta hoy; por cuestiones más bien económicas su matrícula se mantiene no así su imagen entre el alumnado, que si pudiera optar, no cursaría allí.
Finalmente lo que termina desestabilizando la convivencia pedagógica es la política universitaria, reservada para pocos, perpetuable y clientelista; representantes como son, nunca se pronunciaron en contra de los responsables de lo ocurrido con los títulos truchos, por ejemplo, pero si estuvieron para pelearse entre ellos en alguna elección perdida, sin embargo, sucede lo mismo en lo macro, cuando ningún candidato a nivel local se interesa realmente en las perspectivas para el joven votante, por ello surgen opiniones típicas como el “me da lo mismo”; “voto a cualquiera”; “voto en blanco”; o lo peor de todo, “no voto”. (Tomando al campuz como laboratorio político que resultados podemos esperar?)
.
En las campañas de esta contienda política ya ni siquiera se venden facciones partidarias, más bien solo caras y nombres algunos conocidos hasta el hartazgo, pero ahora en versión Júnior, y aunque subestimen la capacidad de discernir entre ideologías, los jóvenes necesitamos saber que los candidatos tienen propuestas relacionadas a los campos que nos interesan a largo plazo, entendiendo como la presencia de la política en las instituciones juega un papel determinante junto al ejemplo mismo del estado y sus representantes, lo cuales deberían alentar actitudes pro activas y no el masivo desinterés de los jóvenes formoseños, tal cual ocurre en la actualidad.
Alexander Bobadilla
alexanderbobadilla@hotmail.com
