martes, 9 de octubre de 2007

Reverendo Hijo de...



Cuando una de las oradoras de la querella en el Juicio que se le sigue al ex capellán Christian Von Wernich por delitos contra los derechos humanos llevados a cabo durante la última dictadura militar, se quebró al leer los alegatos 31 años después, todo parece tan cercano a aquella fatídica época donde se cometieron torturas, homicidios y delitos de genocidio, tan cerca de la realidad está que la desaparición forzada de personas sigue vigente y Julio López es a un año, la descripción más empírica de cómo las fuerzas ideológicas represivas del entonces están organizadas y siguen convalidando dichas conductas.

El ex capellán policial y sacerdote Von Wernich que utilizó su rol como elemento de quiebre moral para manipular y torturar a los detenidos en los centros clandestinos, en el día de su pronunciamiento condenatorio, se muestra frío, como en todo el proceso, frío e imperturbable anímicamente, de mirada atenta pero lejana, indiferente a la de los jueces, con el seño fruncido de rostro indagatorio casi sorprendido, tanto como mi actitud que luego de tanta verdad está impávida.

Un criminal impune, perverso, confesor de personajes como Camps, lejos de ser responsable de 42 causas de privación ilegítima de la libertad, 39 tormentos y 7 homicidios, es un reverendo hijo de… Dios, (apañado por el silencio cómplice de la iglesia, no así del sacerdote Rubén Capitanio que declaró el 10 de septiembre en esta misma causa por primera vez contra otro miembro de la institución a la cual pertenece, asumiendo su culpa y pidiendo “perdón al pueblo argentino”, por las violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar) merecedor de terminar su vida en prisión y no morirse de viejo, en libertad, como lo están haciendo los demás victimarios en las cerca de 900 causas pendientes por los mismos delitos.

Es ahora la justicia de los hombres que hace prevalecer la lógica del castigo necesario, demostrándole a la sociedad actual que en el pasado ocurrió un genocidio y no una guerra como pretendían disfrazarla durante el proceso con argumentos rebuscados e injustificables, parecidos en algún punto, a los sostenidos por el fiscal de esta causa, que en su alegato final pide condenar al acusado por 6 de los 7 homicidios que la querella pide, en rigor de no tener esclarecido el paradero de Maria del Carmen Mosteranni, secuestrada-desaparecida, y no por ser Von Wernich autor “probado”, en este caso exclusivamente. Es decir, este fiscal pide que se lo condene porque el acusado no puede justificar la desaparición de Mosteranni, lo que es, por cierto polémico y no menos grave ya que la similitud se acerca bastante a los argumentos que usaron los dictadores del 76 en los casos de secuestrados-desaparecidos, donde ellos declararon no saber lo sucedido con esas 30.000 almas sin embargo reconocían su ausencia.

De la defensa en el Juicio contra Von Wernich, no voy a opinar porque me parece la felonía más irracional en cuanto a la conducta del acusado, y en cualquier caso, este último es un gran privilegiado pues tiene la posibilidad de defenderse usando todos sus derechos ciudadanos, privilegio que no tuvieron sus 88 victimas.

Finalmente, luego de 3 meses, minutos antes de las 20 horas del día de la fecha (09/10/07) el Cura de la iglesia católica Christian Von Wernich es encontrado culpable de todos los cargos en su contra y condenado, por la justicia terrenal, a la pena de reclusión perpetua.

Este juicio es substancial, pero la tristeza por la revictimización de sus testigos (como Jorge Julio López, secuestrado por segunda vez) es una herida tan o más fuerte que la complicidad de la iglesia, la perversidad de un cura asesino, el argumento rebuscado de un fiscal y que la misma presencia ideológica represiva en la Argentina democrática actual, la cual debe velar en favor del estado pleno del derecho y disipar las dudas sobre el genocidio sucedido, aún desconocido y negado para las nuevas generaciones.






Alexander Bobadilla
alexanderbobadilla@hotmail.com


3 comentarios :

  1. Anónimo dijo...

    La verdad que no lei el articulo porque es muy largo y no tengo tiempo, pero voy a decir que la iglesia hace mal a los que la predican y a los fieles.

    Guillermo

  2. Anónimo dijo...

    La religion quise decir porque escribi mal, perdon.

    Guillermo

  3. Anónimo dijo...

    una sola.. palabra nadie de lo que murieron en la supuesta dictadura fueron unos santos... o me vas a decir que mos zurdos, respetaron a los civiles que mataron con sus bombas a los colimbas que dormian o se ducha ... en lo intento de copamiento de regimiento a lo largo del territorio argentino

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